Este conjuro te ayudará a que las energías de la prosperidad permanezcan junto a ti y que nunca te falte de nada.
El ritual se realiza durante tres noches seguidas. Los restos de las velas se acumulan hasta que finaliza.
Hemos de tener en cuenta que, al ungir las velas, lo que hacemos es cargarlas de poder.
Coloca unas gotas de aceite de lavanda entre tus dedos y pásalos por la vela, siete veces de abajo hacia arriba, y siete, a la inversa.
Bien, la primera noche, que ha de ser durante el cuarto creciente, pondremos en una mesa o en un altar, siete velas amarillas en línea recta. Por delante, colocaremos un puñado de granos de trigo. Enciende las velas de izquierda a derecha, una a una, y deja que se consuman.
La segunda noche, colocaremos, delante de los granos de trigo, siguiendo la misma línea, siete velas azules y, delante de éstas, un puñado de arroz. Enciende las velas de izquierda a derecha y espera a que se consuman.
La tercera noche pon delante una vela amarilla o dorada y otra de color azul y enciéndelas junto a un sahumerio de jazmín, que deberás colocar en el centro de ambas velas.
Siéntate frente al altar, concentrado en tu proyecto e imagínate teniendo éxito con él hasta que el sahumerio se consuma totalmente.
Posteriormente, recogeremos el altar y los restos de las velas los vertiremos en una bolsa de plástico que anudaremos tres veces y que echaremos en el contenedor más proximo sin mirar atrás. Los granos de trigo y de arroz los dejaremos sobre la Madre Tierra para que germinen, así como germina nuestra prosperidad.
Otra opción sería guardarlos en una botellita mágica y ponerla en una estantería en la cocina, lejos de manos ajenas, para que nunca nos falte dinero para alimentarnos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario