Este ejercicio es ideal para cuando te sientas decaíd@, falt@ de energía, apátic@, te cueste levantarte o sientas un agotamiento general. Los árboles son receptores por excelencia de la energía que emana el Sol. Por tanto, cuando nos hace falta fuerza, ellos nos pueden brindar un poco.
Escoge un árbol grande, lleno de vida, que esté rodeado de mucha naturaleza, de césped o hierba. Siéntate a su lado en la posición de flor de loto o en una posición que te resulte cómoda. Coloca tus manos en el árbol, tómalo firmemente.
Respira lenta y profundamente y da paso a la relajación. Visualízate a ti mism@ sentad@ junto al árbol. Eres capaz de ver dentro del árbol como si la corteza fuera transparente. Visualiza los torrentes de savia que rodean al árbol por todos lados, como nacen en las raíces y recorren el tronco del árbol. Observa cómo la savia discurre desde el tronco hasta llegar a cada una de las hojas.
Visualiza cómo la savia, es decir la Vida, a través de esos racimos de canales, sube hasta la copa del árbol y vuelve a bajar hasta llegar de nuevo a las raíces.
De repente, del tronco, surge un canal que se dirige hacia tus manos. Observa cómo las atraviesa y empieza a recorrer todo tu cuerpo, llagando a cada rincón del mismo. Siente cómo el poder de la savia, que es la vida del árbol, empieza a recorrer tu cuerpo, limpiándolo y llenándolo de nuevo de energía y vitalidad.
Mira cómo el Sol emite sus rayos de energía hacia la Tierra, los cuales son absorbidos por las hojas del árbol y llegan a tí a través de los canales de tu cuerpo. En se momento eres un@ con el árbol.
Cuando te sientas bien, llen@ de energía, visualiza como los canales de tu cuerpo se empiezan a replegar y desaparecen.
El canal-puente que te unía con el árbol vuelve al canal principal y el árbol se hace visible de nuevo.
Abre, entonces, los ojos y dale gracias al árbol por haber compartido su energía contigo.
Feliz camino, feliz viaje !!!
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